¿Por qué no preparar una variante de la típica plastilina? ¿Por qué no utilizarla para trabajar los sentidos? Esas ideas han sido el motor para poner en marcha esta variante de la típica plastilina que todos conocemos. Dicho esto os explico cómo hacerla.
Los ingredientes que necesitaremos son:
1 taza de harina
1 taza de agua (del grifo)
1/2 taza de sal
1 cucharadita de cremor tártaro
1 cucharadita de aceite común (puede ser de maiz)
colorantes alimentarios a gusto
escencias para perfumar al gusto (aceite de lavanda, de gengibre, canela, clavo, aceite de cítricos, etc)
purpurina (si deseamos darle un toque brillante)
1 taza de harina
1 taza de agua (del grifo)
1/2 taza de sal
1 cucharadita de cremor tártaro
1 cucharadita de aceite común (puede ser de maiz)
colorantes alimentarios a gusto
escencias para perfumar al gusto (aceite de lavanda, de gengibre, canela, clavo, aceite de cítricos, etc)
purpurina (si deseamos darle un toque brillante)
Para prepararla ponemos los ingredientes, menos los colorantes, en una olla y se pone a fuego lento, moviendo con una cuchara de palo para que no se nos pegue. En cuanto empiece a espesar la mezcla (lo hace muy pronto) hay que mover fuerte hasta que se forme una bola que no sea pegajosa, se saca del fuego y se vierte en la superficie de trabajo, se deja enfriar.
Podemos dividirla en cuantas partes deseemos, cada parte se colorea por separado con los colores que mas nos gusten o los que tengamos para realizarla. Si queremos darle un toque de brillo hemos de poner un poco de purpurina.
Podemos dividirla en cuantas partes deseemos, cada parte se colorea por separado con los colores que mas nos gusten o los que tengamos para realizarla. Si queremos darle un toque de brillo hemos de poner un poco de purpurina.
Después envasamos cada color en un recipiente distinto con tapa para que no pierda el aroma ni se mezclen entre ellos. Y ya podemos ponernos a jugar con ella.
Esta plastilina nos permite realizar actividades para trabajar los sentidos, el tacto (al moldearla), el olfato (al poder oler los diferentes aromas que le hayamos dado), y la vista (trabajando los colores con los que la hayamos pintado). Eso, además de utilizarla simplemente para que los pequeños jueguen con ella desarrollando también su motricidad fina, al ejercer presiones con las manos y trabajar su tonicidad.
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