El bullying es un proceso de abuso e intimidación sistemática, permanente en el tiempo, por parte de un niño/a hacia otro que no se puede defender. Es asimétrico y tiende a ocurrir a espaldas de los adultos.
Muchos adultos desconocen los síntomas o primeras señales de bullying, dejando pasar un tiempo valioso para cortar a tiempo esta situación. La comunicación y confianza es clave en la relación padres-hijos.
Por Claudia Romagnoli, psicóloga educacional UC.
En ocasiones los padres no saben distinguir bien entre malos tratos y bullying. Es importante reconocer las diferencias, porque si bien ambos son tipos de agresión que afectan los aprendizajes y desarrollo de nuestros hijos, tienen características diferentes que requieren abordarlos de distinta manera.
El bullying o matonaje, es cuando una situación de agresión o maltrato se hace habitual, persistente en el tiempo, y en general permanece oculta frente a los adultos. Tiende a ser asimétrico, es decir el que acosa tiene más poder que la víctima y ésta no logra defenderse (es más fuerte, grande o popular que la víctima).
El bullying puede ser verbal (insultos, humillaciones o amenazas), físico (golpes, zancadillas, pinchazos, patadas, o bien hurtos o estropeo de los objetos propiedad de la víctima), psicológico (acecho, gestos de asco, desprecio), o social (exclusión del grupo, difusión de rumores y calumnias contra la víctima).
Testimonios:
1. "A mi hijo le han robado dos veces la mochila con todos sus útiles escolares. Tengo temor de que sea una nueva víctima de bullying", Francisca, 34 años.
2. "El otro día mi hijo llegó con un moretón en la espalda y me contó que le había pegado un compañero que siempre anda molestando a los más chicos" ¿será bullying?, ¿le debo avisar al profesor?", Felipe, 42 años.
3. "Mi hija me tiene preocupada, anda muy callada, tristona, e incluso a veces irritable. Me dice que no quiere ir al colegio porque lo encuentra aburrido y que tampoco quiere ir a los cumpleaños de su curso porque son muy fomes. Hace varios meses que no invita a nadie a la casa; llega del colegio y se encierra en su pieza, según ella tiene mucho que estudiar", Angélica, 54 años.
Pareciera que los dos primeros testimonios corresponden a problemas de agresión, pero no a bullying, sin embargo, hay que conversar con el/la profesor/a jefe de ambos cursos para contarle estos problemas, investigar mejor las situaciones, porque si no, podrían convertirse en algo más permanente si nadie les pone atajo.
En el caso de Angélica, podemos observar varios signos que podrían estar indicando que está con problemas de integración social y quizás es víctima de bullying. En este caso hay que indagar mejor, tener algunas conversaciones con ella y con la profesora jefe por separado, para entender mejor qué le está sucediendo. También pueden ser signos de problemas emocionales derivados de otra situación o quizás el comienzo de una adolescencia con ciertas dificultades.
¿Qué es el bullying?
Tal como señalamos, el bullying es el proceso de abuso e intimidación sistemática, permanente en el tiempo (varios meses), por parte de un niño/a hacia otro que no tiene posibilidad de defenderse. Es asimétrico (uno tiene el poder y el otro no logra defenderse) y tiende a ocurrir a espaldas de los adultos.
El bullying es un círculo vicioso, que se fortalece cuanto más solidariza el grupo con el acosador. El poder va pasando de unos a otros, pero todos son dañados, todos se ven afectados:
Para entender mejor qué es el bullying y cómo darnos cuenta si alguno de nuestros hijos está siendo afectado por éste, a continuación se presentan algunas orientaciones.
En ocasiones los padres no saben distinguir bien entre malos tratos y bullying. Es importante reconocer las diferencias, porque si bien ambos son tipos de agresión que afectan los aprendizajes y desarrollo de nuestros hijos, tienen características diferentes que requieren abordarlos de distinta manera.
El bullying o matonaje, es cuando una situación de agresión o maltrato se hace habitual, persistente en el tiempo, y en general permanece oculta frente a los adultos. Tiende a ser asimétrico, es decir el que acosa tiene más poder que la víctima y ésta no logra defenderse (es más fuerte, grande o popular que la víctima).
El bullying puede ser verbal (insultos, humillaciones o amenazas), físico (golpes, zancadillas, pinchazos, patadas, o bien hurtos o estropeo de los objetos propiedad de la víctima), psicológico (acecho, gestos de asco, desprecio), o social (exclusión del grupo, difusión de rumores y calumnias contra la víctima).
Testimonios:
1. "A mi hijo le han robado dos veces la mochila con todos sus útiles escolares. Tengo temor de que sea una nueva víctima de bullying", Francisca, 34 años.
2. "El otro día mi hijo llegó con un moretón en la espalda y me contó que le había pegado un compañero que siempre anda molestando a los más chicos" ¿será bullying?, ¿le debo avisar al profesor?", Felipe, 42 años.
3. "Mi hija me tiene preocupada, anda muy callada, tristona, e incluso a veces irritable. Me dice que no quiere ir al colegio porque lo encuentra aburrido y que tampoco quiere ir a los cumpleaños de su curso porque son muy fomes. Hace varios meses que no invita a nadie a la casa; llega del colegio y se encierra en su pieza, según ella tiene mucho que estudiar", Angélica, 54 años.
Pareciera que los dos primeros testimonios corresponden a problemas de agresión, pero no a bullying, sin embargo, hay que conversar con el/la profesor/a jefe de ambos cursos para contarle estos problemas, investigar mejor las situaciones, porque si no, podrían convertirse en algo más permanente si nadie les pone atajo.
En el caso de Angélica, podemos observar varios signos que podrían estar indicando que está con problemas de integración social y quizás es víctima de bullying. En este caso hay que indagar mejor, tener algunas conversaciones con ella y con la profesora jefe por separado, para entender mejor qué le está sucediendo. También pueden ser signos de problemas emocionales derivados de otra situación o quizás el comienzo de una adolescencia con ciertas dificultades.
¿Qué es el bullying?
Tal como señalamos, el bullying es el proceso de abuso e intimidación sistemática, permanente en el tiempo (varios meses), por parte de un niño/a hacia otro que no tiene posibilidad de defenderse. Es asimétrico (uno tiene el poder y el otro no logra defenderse) y tiende a ocurrir a espaldas de los adultos.
El bullying es un círculo vicioso, que se fortalece cuanto más solidariza el grupo con el acosador. El poder va pasando de unos a otros, pero todos son dañados, todos se ven afectados:
Para entender mejor qué es el bullying y cómo darnos cuenta si alguno de nuestros hijos está siendo afectado por éste, a continuación se presentan algunas orientaciones.
- La víctima se siente cada vez más inferior, deprimida, lastimada y sola.
- El acosador se daña porque se le permite creer que mediante la prepotencia, la agresividad y el maltrato puede someter a sus compañeros, sin contar con que también ellos suelen ser víctimas de algún tipo de maltrato. Y en esos casos, creen que dañar a otros es el único modo de disminuir el dolor que ellos mismos sienten.
- El grupo, al convertirse en testigos mudos, se acostumbran a permanecer como espectadores pasivos ante cualquier forma de violencia y no ven nada malo en esa actitud. Presentan una actitud fatalista frente a la violencia, “debe ser así”.
En los niños pequeños puede haber trastornos del sueño, conductas regresivas (hacerse pipí en la noches, actuar como bebés), retraimiento social (no querer ir a los cumpleaños del curso, invitar amigos, salir a casas de amigos), rebelión constante, agresividad, dolores abdominales, etc.
En los preadolescentes y adolescentes pueden aparecer además conductas agresivas en el hogar y hacia los compañeros, también conductas de autoagresión (hacerse daño a sí mismos), trastornos de alimentación, etc.
Cuando su hijo/a diga que no quiere ir al colegio o diga sentirse enfermo, y pareciera no haber síntomas de enfermedad, observe:
- Si tiene moretones y/o heridas en el cuerpo. - Si frecuentemente llega a casa con la ropa estirada o rota. - Si comenta que le roban sus cosas o si cada día explica que pierde pertenencias. - Si deja de ver a los que decía que eran sus amigos y pasa muchas horas en casa solo. - Si manifiesta cambios temperamentales y de humor sin causa aparente. - Si evita salir solo de casa, no quiere hacer el trayecto hacia el colegio solo, abandona sin razón actividades que antes le gustaban. - Si ha habido cambios en los hábitos de dormir y de comer. - Si ha perdido interés en juegos, pasatiempos y otras distracciones. - Si demuestra un abandono poco usual respecto de su apariencia personal. - Si muestra más dificultad para concentrarse que la habitual. |
Si cree que algo extraño o diferente le sucede, entonces no dude en conversar con él o ella, y hacerle preguntas directas pero generales, de un modo natural, tratando de que no sean respuestas de sí / no, por ejemplo:
- ¿Qué hiciste hoy en el colegio?
- Del 1 al 7, ¿cómo estuvo hoy de entretenido el colegio?
- Dime las 2 cosas que menos te gustaron hoy del colegio.
- ¿Hay alguien en tu clase que no te guste? O, dime los dos compañeros más molestosos de tu curso.
- ¿Hay alguien que no te guste en tu colegio?
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