Introducción
El maltrato, el abuso y la violencia son términos interdependientes. La violencia se define como una “fuerza intensa, impetuosa” o un “abuso de la fuerza”; el maltrato como “tratar mal, dañar”, y el abuso es identificado con “el uso indebido, excesivo o injusto”. En este último se presume una relación de subordinación, subyugación o humillación. En el caso de las personas viejas, la violencia es entendida, según A. Russell, como “toda situación contraria a los derechos de las personas, que pone en peligro, daña o afecta su integridad y sus relaciones con el entorno social, familiar, laboral, educativo, etc.”
Cuando se habla de la violencia o el maltrato hacia las personas viejas se piensa primeramente en la familia y después en la comunidad como las principales fuentes; poco se menciona de su existencia en otros espacios y niveles, tanto o más importantes: me refiero a la realidad socio cultural, política y económica de marginalidad y exclusión que atenta contra la dignidad y el bienestar de este sector de población. Un maltrato estructural que los invisibiliza, lo cual es una forma de “matarlos en vida”.
El propósito del presente artículo es reflexionar, desde el marco de los derechos humanos, sobre algunos aspectos que propician el abuso, el maltrato y la violencia hacia este grupo poblacional.
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VIOLENCIA Y VEJEZ
Recomendaciones para la acción
Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos
en América Latina y el Caribe (CREFAL). (C)2006
No. 15
Septiembre - Diciembre
2006
Septiembre - Diciembre
2006
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