Estamos por iniciar un año juntos…donde recorreremos muchos caminos, donde cada quien pondrá lo mejor de sí para llegar juntos a la meta.
Bienvenidos…seremos un gran equipo

martes, 10 de mayo de 2011

CUENTO:UNA PUERTA AL MUNDO


Alberto era un niño que se moría por los ordenadores y los juegos
. Podía pasar horas y horas delante de la pantalla y, a pesar de que
sus padres no creían que fuera posible, él disfrutaba de verdad todo
aquel tiempo de juego. Casi no se movía de la silla, pero cuando se 
lo decían, cuando otros le animaban a dejar aquello y conocer el mundo,
él respondía: "ésta es mi puerta al mundo, aquí hay mucho más de lo que pensáis".
De entre todos sus juegos, había uno que le gustaba especialmente. En
él guiaba a un personaje recogiendo tortuguitas por infinidad de niveles 
y pantallas. En aquel juego era todo un experto; posiblemente no hubiera
nadie en el mundo que hubiera conseguido tantas tortuguitas, pero él seguía 
queriendo más y más y más....
Un día, al llegar del cole, todo fue diferente. Nada más entrar corrió como
siempre hacia su cuarto, pero al encender el ordenador, se oyeron unos ruidos
extraños, como de cristales rotos, y de pronto se abrió la pantalla del monitor,
y de su interior empezaron a surgir decenas, cientos y miles de pequeñas
tortuguitas que llenaron por completo cada centímetro de la habitación. Alberto
estaba inmóvil, sin llegar a creer que aquello pudiera estar pasando, pero tras
pellizcarse hasta hacerse daño, apagar y encender mil veces el ordenador, y
llamar a sus padres para comprobar si estaba soñando, resultó que tuvo que
aceptar que ese día en su casa algo raro estaba sucediendo.

Sus padres se llevaron las manos a la cabeza al enterarse, pero viendo que las
tortuguitas no iban más allá de la habitación de Alberto, pensaron que sería cosa 
suya, y decidieron que fuera él quien las cuidara y se hiciera cargo de ellas.
Cuidar miles de tortuguitas de un día para otro, y sin haberlo hecho nunca, no era
tarea fácil. Durante los días siguientes Alberto se dedicó a aprender todo lo relativo
a las tortugas; estudió sus comidas y costumbres, y comenzó a ingeniárselas para 
darles de comer. También trató de engañarlas para que dejaran su cuarto, pero
no lo consiguió, y poco a poco fue acostumbrándose a vivir entre tortugas, hasta
el punto de disfrutar con sus juegos, enseñarles trucos y conocerlas por sus nombres, 
a pesar de que conseguir tanta comida y limpiar todo el día apenas le dejaba tiempo
libre para nada. Y todos, tanto sus padres como sus amigos y profesores, 
disfrutaban escuchando las historias de Alberto y sus muchos conocimientos
sobre la naturaleza.

Hasta que llegó un día en que no se acordaba de su querido ordenador.
Realmente disfrutaba más viviendo junto a sus tortugas, aprendiendo y observando

sus pequeñas historias, saliendo al campo a estudiarlas, y sintiéndose feliz por
formar parte de su mundo. Ese mismo día, tal y como habían venido, las tortuguitas
desaparecieron. Al saberlo, sus padres temieron que volviera a sus juegos, cuando
era mucho más triste y gruñón, pero no fue así. Alberto no soltó una lágrima, ni 
perdió un minuto buscando tortugas entre los cables y chips del ordenador, sino
que tomando la hucha con sus ahorros, salió como un rayo a la tienda de mascotas.
Y de allí volvió con una tortuga, y algún que otro animal nuevo, a quien estaba 
dispuesto a aprender a cuidar.
Y aún hoy Alberto sigue aprendiendo y descubriendo cosas nuevas sobre la naturaleza
y los animales, incluso utilizando el ordenador, pero cada vez que alguien le pregunta,
señala a sus animalitos diciendo, "ellos sí que son mi puerta la mundo, y en ellos hay
mucho más de lo que pensáis".

Autor.. Pedro Pablo Sacristan
de Cuentos Infantiles Con Valores

No hay comentarios: