Estamos por iniciar un año juntos…donde recorreremos muchos caminos, donde cada quien pondrá lo mejor de sí para llegar juntos a la meta.
Bienvenidos…seremos un gran equipo

miércoles, 31 de octubre de 2012

181 Recursos educativos para la igualdad y la prevención de la violencia de género


Para el aula y para el docente .
Uno de meustra

Cuadernillo de Prevención de la Violencia de Género en el Alumnado – Fichas de Trabajo para el Alumnado.

http://www.educarenigualdad.org/cuadernillo-de-prevencia-n-de-la-violencia-de-ga-nero-en-el-alumnado-fichas-de-trabajo-para-el-alumnado


Todos los recursos en:  http://www.educarenigualdad.org/material




martes, 30 de octubre de 2012

"La escolarización de Adolescentes"


NUEVA PUBLICACIÓN DESTINADA A PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN, DE LA SALUD, DE LAS ACCIONES SOCIOCULTURALES, QUE TRABAJAN CON JÓVENES Y ADOLESCENTES.
"La escolarización de Adolescentes.....", un trabajo del Prof. Emilio Tenti Fanfani.
Buen material.
(rol)

domingo, 28 de octubre de 2012

La situación de la primera infancia en la Argentina


NFORMACIÓN PARA DOCENTES DEL NIVEL INICIAL, PROFESORES DE LOS INSTITUTOS DE FORMACIÓN, INSPECTORES, PADRES, PÚBLICO EN GENERAL

La situación de la primera infancia en la Argentina
La Convención sobre los Derechos del Niño aprobada por las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, constituye un paso decisivo en el reconocimiento de los derechos humanos de la infancia y la adolescencia. La república Argentina adhiere a la misma mediante la Ley Nº 23.849 en septiembre de 1990, y le otorga rango constitucional en el año 1994. Pasadas ya más de dos décadas de su aprobación, el propósito de este trabajo es dar cuenta de los avances realizados en el pasaje del modelo tutelar al de protección integral de la primera infancia en Argentina. El informe ofrece información relevante para construir una aproximación al grado de cumplimiento efectivo de sus derechos a través de realizar un recorrido por algunos nodos clave de la relación del Estado y la sociedad con los titulares de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Esta publicación del Sistema de Información sobre Primera Infancia fue realizada gracias a la iniciativa y apoyo de la Fundación Arcor.
Fuente: SIPI (Sistema de Información sobre la Primera Infancia en América Latina.
Buen material
(rol) 

Archivo adjunto

                                             

sábado, 27 de octubre de 2012

Video interactivo del Teatro Colon


Teatro Colón de Buenos Aires

Los invitamos a que vean esta maravilla.
Se pueden seleccionar diferentes vistas "clickeando" sobre las vistas en miniaturas que aparecen en el ángulo inferior izquierdo.
 DISFRUTEN !!! 

viernes, 26 de octubre de 2012

"INNOVACIONES EDUCATIVAS Y ESCUELAS EN CONTEXTOS DE POBREZA"


MATERIAL DESTINADO A DOCENTES,  DIRECTORES, INSPECTORES Y FUNCIONARIOS DEL SISTEMA EDUCATIVO.
"INNOVACIONES EDUCATIVAS Y ESCUELAS EN CONTEXTOS DE POBREZA"
Fuente: UNESCO-IIPE.
(rol)
Archivo adjunto
                                     

jueves, 25 de octubre de 2012

"EL TRABAJO DEL DIRECTOR Y EL CUIDADO DE LAS TRAYECTORIAS EDUCATIVAS"


MATERIAL DE CONSULTA DESTINADO A DIRECTORES DE ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS DE NIVEL PRIMARIO
"EL TRABAJO DEL DIRECTOR Y EL CUIDADO DE LAS TRAYECTORIAS EDUCATIVAS"
Buena bibliografía.
(rol)

miércoles, 24 de octubre de 2012

Misiones y Funciones en las Escuelas Técnicas


POR PEDIDO DE DOCENTES, VOLVEMOS A PUBLICAR UNA NORMATIVA QUE SE ENCUENTRA VIGENTE.
"Comunicación Parcial N* 5/91. Misiones y Funciones en las Escuelas Técnicas"
(ROL)

Cómo podemos prevenir el “burnout”?

Cómo podemos prevenir el “burnout”? ¿Qué podemos hacer, a nivel individual y social? ¿Cuáles son las estrategias individuales? ¿Qué es posible hacer a nivel de organización?



Estrategias de prevención e intervención
Generalmente, los trabajos de investigación que han estudiado el burnout se han centrado en su descripción, en la delimitación de las variables facilitadoras, en la descripción de las consecuencias del síndrome o bien en el análisis estadístico de los instrumentos de medida del mismo.



Alvarez y Fernández clasifican en dos categorías los distintos estudios revisados en su trabajo sobre la prevención y el tratamiento del burnout: la prevención primaria, que engloba aquellos estudios que aportan propuestas sobre aspectos que han demostrado experimentalmente ser relevantes para prevenir el síndrome, y la secundaria, que engloba estudios que comparan técnicas de intervención.

Otros autores han concluido que la forma más eficaz de enfocar la prevención y el tratamiento del burnout se orienta hacia la intervención tanto a nivel individual o personal como social y organizacional.



Estrategias individuales
Los profesores pueden afrontar la situación y sus consecuencias poniendo en práctica ciertas habilidades y estrategias útiles. De hecho, constituye un planteamiento preventivo y de tratamiento el fomentar y promover la obtención de algunas estrategias que aumenten la capacidad de adaptación del individuo a las fuentes de estrés laboral. La capacidad de adaptación y el afrontamiento constituyen una función de múltiples factores personales.



Lazarus y Folkman han divulgado el uso de las estrategias de coping y los esfuerzos tanto conductuales como cognitivos que realiza el individuo para dominar, reducir o tolerar las exigencias creadas por las transacciones estresantes. Afirman que las respuestas de afrontamiento pueden ser adaptativas, al reducir el estrés y promover estados de salud a largo plazo, o de inadaptación, en cuyo caso aunque pueden reducir el estrés a corto plazo pueden tener consecuencias graves a largo plazo. En esta misma línea, Labrador y Sandín han puesto de manifiesto que la tensión se puede controlar bien sea modificando directamente la activación fisiológica inicial y su mantenimiento, o modificando los efectos que los pensamientos, las situaciones o las conductas tienen sobre ella.



En la bibliografía revisada hemos encontrado algunas clasificaciones de estrategias individuales para la prevención y el tratamiento del estrés laboral y el burnout, y algunas comparaciones entre los beneficios de cada una de ellas. En este sentido, Ivancevich y Matteson hacen una clara distinción entre los entrenamientos dirigidos a la adquisición de estrategias instrumentales para afrontar el estrés y aquellos encaminados a la adquisición de destrezas para el manejo de las emociones. Entre los primeros, destacan por su efectividad el entrenamiento en solución de problemas y el entrenamiento en asertividad y en manejo eficaz del tiempo.



Buendía y Ramos han diferenciado entre las actividades dirigidas a la adquisición de estrategias de carácter paliativo y las dirigidas a la adquisición de estrategias instrumentales, mientras que Gil-Monte y Peiró han señalado que el empleo de estrategias centradas en el problema previene el desarrollo del síndrome y que las estrategias de evitación-escape, centradas en la emoción, facilitan su aparición. Nosotros hemos optado por clasificar las estrategias individuales en técnicas fisiológicas, conductuales y cognitivas.



Técnicas fisiológicas
Están orientadas a reducir la activación fisiológica y el malestar emocional y físico provocado por las fuentes de estrés laboral. Entre otras, destacan las técnicas para la relajación física, el control de la respiración y el biofeeback.



En cuanto a las técnicas de control de respiración, Labrador explica que las situaciones estresantes provocan respiración rápida y superficial, lo que implica un aumento de la tensión general del organismo. Estas técnicas consisten en facilitar al individuo el aprendizaje de una forma apropiada de respirar para que en situaciones de estrés pueda controlar su respiración de forma automática lo que le permitirá una adecuada oxigenación del organismo.



Técnicas conductuales
El fin de estas técnicas es conseguir que la persona domine un conjunto de habilidades y competencias que le faciliten el afrontamiento de los problemas laborales. Entre ellas se encuentran el entrenamiento asertivo, el entrenamiento en habilidades sociales, las técnicas de solución de problemas y las técnicas de autocontrol.



Otros autores han destacado como medida general para prevenir el burnout el evitar una excesiva ingerencia en el trabajo y con los usuarios hacia los que se dirigen sus servicios. En esta línea, se ha recomendado tomar pequeños descansos durante el trabajo, aumentar las actividades reforzantes y buscar opciones de carácter positivo, como disfrutar de las actividades preferidas en los ratos de ocio.



También se ha señalado que algunos recursos como el dinero, el tener acceso a la información, a los servicios sociales y a los programas de entrenamiento, van a facilitar el manejo y la resolución de una situación laboral estresante.



Peiró opina que una dieta equilibrada, no fumar ni beber en exceso y no consumir excitantes ni fármacos psicoactivos son factores que mejoran el estado de salud y el sistema inmunológico, al mismo tiempo que modulan la respuesta de estrés laboral. De la misma manera, propone que el ejercicio físico aumenta la resistencia ante los efectos de dicho estrés.



Técnicas cognitivas
El abordaje cognitivo busca mejorar la percepción, la interpretación y la evaluación de los problemas laborales y de los recursos personales que realiza el individuo. Entre las técnicas cognitivas más empleadas destacan la desensibilización sistemática, la detención del pensamiento, la inoculación de estrés, la reestructuración cognitiva, el control de pensamientos irracionales, la eliminación de actitudes disfuncionales y la terapia racional emotiva.



Calvete y Villa investigaron la influencia de las creencias irracionales en los síntomas de estrés y burnout en una muestra de profesores de enseñanza secundaria. Los resultados revelaron que la asociación entre las creencias irracionales y los síntomas de estrés y de burnout es estadísticamente significativa.



Una investigación llevada a cabo por Rubio con orientadores de institutos de enseñanza secundaria demostró que existen relaciones significativas entre las actitudes disfuncionales y el burnout. En este trabajo hemos constatado que los docentes más afectados por los máximos niveles presentan más actitudes disfuncionales, manifiestan una desajustada necesidad de aprobación de los demás, miedo al fracaso y afán de perfeccionamiento. A partir de estos resultados, hemos propuesto que es indispensable entrenar al sujeto para que identifique el papel que juegan sus propias actitudes en el origen y persistencia de su estrés laboral.



Al revisar los factores causales del burnout, encontramos que el más citado es la escasa formación recibida en técnicas de autocontrol y en manejo del estrés.



Estrategias de intervención social
Con ellas se busca romper el aislamiento y mejorar los procesos de socialización al potenciar el apoyo social a través de políticas de trabajo cooperativo. Se ha demostrado que el apoyo social amortigua los efectos perniciosos de las fuentes de estrés laboral e incrementa la capacidad del individuo para afrontarlas. Sandín afirma que el apoyo social actúa sobre la salud de forma directa. Asegura que disfrutar de una óptima red de apoyo facilita las experiencias individuales de autoestima, afecto positivo y sensación de control, que protegen al individuo de posibles trastornos y que posiblemente mejoren el sistema inmunológico.



Adler y Matthews han comprobado que el apoyo social se relaciona significativamente con la salud física y psicológica. Señalan que favorece la salud, porque se relaciona negativamente con el comienzo de las enfermedades, o bien porque facilita la recuperación de los pacientes con algún tipo de trastorno.



Se ha propuesto como estrategia útil la creación de dinámicas potentes de apoyo social con el aumento de las reuniones de grupos profesionales para romper el aislamiento laboral. En este sentido, Esteve  sugiere actuar prioritariamente respecto al apoyo social que el profesor recibe. Para García el trabajo en equipo y los equipos multidisciplinares contribuyen a disipar las actitudes negativas y a mejorar la comprensión de los problemas.



Estrategias de intervención organizacional
Estamos convencidos de que las acciones específicas de los programas de intervención organizacional se han de dirigir a la modificación de los aspectos disfuncionales en la estructura de la organización, la comunicación, la formación de los profesionales, los procesos de toma de decisiones, el ambiente físico, los turnos, el reparto de tareas, etc. Parkes afirma de manera categórica que es ingenuo e incluso éticamente discutible el someter a los trabajadores a programas de entrenamiento contra el estrés mientras persistan en la empresa las exigencias excesivas o las condiciones de trabajo inapropiadas.

En los profesionales docentes, aumentar la competencia profesional mediante la formación inicial y continua es una estrategia organizacional recomendada habitualmente para la prevención y el tratamiento del estrés laboral y del burnout. Oliver propone que los planes de formación del profesorado se fundamenten en una información realista que incluya tanto los aspectos relacionados con las tareas y funciones que deberán desempeñar los docentes, como lo relativo a sus derechos y obligaciones. Asimismo, deberá incluir orientación referente a la problemática a la que usualmente se verán sometidos e información sobre el síndrome de burnout, su génesis y desarrollo, y las estrategias para su manejo y control.



Más recientemente, Fernández-Garrido ha puesto de manifiesto que mediante planes de carrera adecuadamente concebidos se reduce el efecto de las fuentes de estrés laboral, además de que dichos planes constituyen un importante factor motivacional. Del mismo modo, las organizaciones han de prestar atención especial a los aspectos relacionados con el tiempo (turnos, tipo de jornada laboral, plazos de realización, etc.). Es recomendable disponer no sólo de diversas estrategias para reducir los tiempos de exposición al estrés, como la elección de los turnos de trabajo y los horarios flexibles, sino de una adecuada planificación que evite la percepción de urgencia en el trabajo. GilMonte y Peiró, en cambio, han sugerido como estrategias preventivas la implementación de sistemas de evaluación y retroinformación adecuados.



Aumentar la participación de los trabajadores en la toma de decisiones, darles formación sobre conocimientos y destrezas para el desempeño eficaz de tareas, formarlos para la toma de decisiones, el trabajo en grupo y el desarrollo de habilidades interpersonales, son otras estrategias organizacionales. Resultan especialmente beneficiosos los estilos de dirección participativos, pues aumentan el control sobre el propio trabajo y protegen de los efectos del estrés.



Finalmente, la aparición de conflictos en el ámbito laboral es algo lamentablemente habitual, lo que requiere tanto de la elaboración de planes de actuación que ayuden a reducir dicha aparición como de la creación de procedimientos de arbitraje y de mediación de conflictos.





Extraído de
Eloísa Guerrero Barona, 
Departamento de Psicología y Sociología de la Educación. Facultad de Educación. Universidad de Extremadura
Jesús Carlos Rubio Jiménez
Instituto de Enseñanza Secundaria San Pedro de Alcántara.
Salud Mental, Vol. 28, No. 5, octubre 2005

martes, 23 de octubre de 2012

El “Burnout” en los docentes




¿Qué efectos genera el Burnout”? ¿Cuáles son las enfermedades asociadas? ¿Qué síntomas produce? ¿Cuáles son las etapas que transita? ¿Cómo podemos entender el síndrome? ¿Cuáles son sus fuentes más relevantes?



En las últimas décadas, se ha desarrollado un gran interés por el estudio del estrés y los factores psicosociales relacionados con el trabajo y la repercusión de éstos sobre la salud de los trabajadores. Sobre el punto, debemos señalar que el interés por la productividad y la eficiencia, no siempre han sido acompañados de condiciones laborales dignas y adecuadas, recursos suficientes para llevarlo a cabo y un diseño de tareas y puestos que tengan en cuenta las características de las personas, sus necesidades, habilidades e intereses. La falta de atención a estos aspectos pueden generar consecuencias sobre las personas (estrés, insatisfacción), o sobre la empresa (ausentismo, conflictividad, disminución de la calidad del trabajo y la productividad, etc.).



Dentro de las enfermedades asociadas al estrés laboral, el síndrome de "Burnout", también llamado "síndrome de estar quemado", "síndrome de la quemazón", "síndrome del estrés laboral asistencial" o "síndrome del desgaste profesional", es cada vez más conocido y lamentablemente más extendido, y suele afectar principalmente a personas cuyas tareas laborales tienen un componente central de ayuda a los demás y de gran intervención social como los médicos, enfermeros, odontólogos y demás profesionales de la salud, así como a docentes, trabajadores sociales, deportistas, policías, entre otros.



El síndrome del "Burnout", puede considerarse como el mal del fin de siglo, al punto que se calcula que alrededor de dos tercios de todas las enfermedades están relacionadas con el estrés laboral, y aunque no se trata de una relación de causa-efecto, el estrés laboral es un factor importante que interacciona con otras variables biológicas, psicológicas y sociales, dando lugar a numerosas enfermedades físicas y mentales. Inclusive, existen referencias que nos informan que el estrés laboral es un problema grave que está vinculado con el origen del 50% de las bajas laborales en la Unión Europea.



El síndrome del "Burnout", mal invisible que afecta y repercute en la calidad de vida, es considerado como la fase avanzada del estrés profesional y se produce cuando se desequilibran las expectativas en el ámbito profesional y la realidad del trabajo diario, produciéndose desmotivación, desinterés, malestar interno e insatisfacción laboral en el sujeto que lo padece, el cual infiere "tensión" al interactuar y al tratar reiteradamente con otras personas.



A diferencia de un estrés puro, el "Burnout" siempre está asociado a sentimientos de desvalorización y fracaso,  se manifiesta bajo unos síntomas específicos, siendo los más habituales:



A.   Psicosomáticos: Cansancio, fatiga crónica, frecuentes dolores de cabeza, malestar general, problemas de sueño, contracturas y algias óseo musculares, ulceras y otros desórdenes gastrointestinales, perdida de peso, taquicardia, hipertensi6n, etc.



B.   Conductuales: Mala comunicación, ausentismo laboral, abuso de drogas (café, tabaco, alcohol, fármacos, etc.), incapacidad para vivir de forma relajada, superficialidad en el contacto con los demás, aumento de conductas violentas, trastornos en más o en menos del apetito y la ingesta, distanciamiento afectivo de los clientes y compañeros.



C.   Emocionales: Distanciamiento afectivo como forma de protección del yo, aburrimiento y actitud cínica, impaciencia e irritabilidad, sentimiento de omnipotencia, desorientación, incapacidad de concentración, disminución de la memoria inmediata, baja tolerancia a la frustración, sentimientos depresivos, sentimientos de vació, agotamiento, fracaso, impotencia, baja autoestima y pobre realización personal.



D.   Laborales: Detrimento en la capacidad de trabajo, detrimento en la calidad de los servicios que se presta a los clientes, aumento de interacciones hostiles, comunicaciones deficientes, frecuentes conflictos interpersonales en el ámbito del trabajo y dentro de la propia familia.



Las evidencias que afectan al individuo en el inicio de la aparición de la enfermedad, se reconocen en varias etapas y son:

1.    Exceso de trabajo.
2.    Sobreesfuerzo que lleva a estados de ansiedad y fatiga.
3.    Desmoralización y pérdida de la ilusión.
4.    Pérdida de vocación, decepción de los valores hacia los superiores.

 
Herbert J. Freudenberger, psicoanalista alemán residente en Norteamérica y que trabajaba en una clínica neoyorquina, fue el que introdujo, desde una perspectiva clínica, el termino "Burnout" en la literatura científica para hacer referencia a un conjunto de manifestaciones anómalas características de las personas que trabajan en profesiones de ayuda a los demás. Definió el síndrome como "un conjunto de síntomas médico-biológicos y psicosociales inespecíficos, que se desarrollan en la actividad laboral, como resultado de una demanda excesiva de energía".



Para él, se trata de "una sensación de fracaso y una experiencia agotada que resulta de una sobrecarga por exigencias de energía, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador". Como podemos apreciar, la definición que nos brinda se refiere a un estado emocional que se encuentra al final de un proceso. Para dicho autor, este proceso que acaba en el "Burnout" se debe a una elevada implicaci6n del trabajador en su profesión, la "adicción al trabajo".



En concreto, se refirió a los profesionales denominados de "ayuda" cuya actividad va dirigida a otras personas, con las que mantienen fuerte y sostenido contacto directo. Sus primeras observaciones fueron los efectos que en poco mas o menos de un año sufrían muchos de los voluntarios: Una progresiva pérdida de energía que llevaba al agotamiento, ansiedad inespecífica y, en algunos casos, cuadros de tipo depresivo, en un marco de pérdida de la motivación e interés con que abordaron su trabajo, e incluso manifestando intolerancia, resentimiento y agresividad con los pacientes.



A partir de esa fecha, el síndrome del "Burnout" ha generado infinidad de trabajos, especialmente en el ámbito organizacional. Casas & Hilari, informa que algunos artículos realizados en 1990 citan más de 2500 referencias sobre "Burnout" entre sus primeros estudios, en 1974 y 1989. Ello se debe a la importancia que merece el tema para el mundo empresarial, donde los costes debido al "burnout" pueden suponerse elevados, a pesar de poseer escasos estudios que evalúen concienzudamente las repercusiones del síndrome en las organizaciones.



Por otra parte, se han desarrollado diversos intentos para alcanzar una delimitación te6rica del constructo (concepto, expresividad, factores implicados en su desarrollo, etc). Algunos autores explican el síndrome como consecuencia del fallo en las estrategias de afrontamiento al estrés laboral. En tal sentido, Edelwich y Brodsky, sostienen que el síndrome de desgaste profesional sería: "como una pérdida progresiva del idealismo, energía y motivos vividos por la gente en las profesiones de ayuda, como resultado de las condiciones de trabajo".



Estos mismos autores proponen cuatro fases por las que supuestamente pasaría una persona en un proceso de desgaste profesional: entusiasmo; estancamiento; frustración y apatía.



Otras propuestas, por aclarar el concepto, intentan una clasificación del síndrome en dos categorías diferenciadas: "el Burnout activo", que se demuestra por una manifestación del desgaste a través de conductas asertivas, con muestras de irritabilidad y hostilidad; y el "Burnout pasivo", que viene caracterizado por las conductas de retirada y la apatía. A estas alturas debemos tener presente, según Guerrero Barona, que el "Burnout", es un término anglosajón cuya traducción mas próxima y coloquial es "estar quemado", desgastado, exhausto y perder la ilusión por el trabajo.



En virtud a lo mencionado anteriormente, la aproximación más fructífera ha sido la realizada por Maslach y Jackson, quienes desde una perspectiva psicosocial subrayan la dimensión emocional del "burnout" como forma de respuesta al estrés. En este sentido, el "burnout" es concebido como una respuesta inadecuada ante el estrés, cuya expresión fundamental consiste en un síndrome tridimensional que tiene tres dimensiones características: Un agotamiento físico y/o psicológico, una actitud fría y despersonalizada en el trato con los demás, y un sentimiento de inadecuación ante las tareas que se deben realizar.



Debemos recordar que el término "estrés" proviene de la física y la arquitectura, y se refiere a la fuerza que se aplica a un objeto, que puede deformarlo o romperlo.



En la psicología, el estrés suele hacer referencia a situaciones que implican demandas fuertes para el individuo y que pueden agotar sus recursos de afrontamiento. El término fue importado para la psicología por el fisiólogo canadiense Selye, y desde allí ha sido entendido como: Respuesta-estímulo-interacción. En la actualidad, este último se acepta como el más completo.



El concepto de estrés guarda relación entonces con un desequilibrio entre las demandas del ambiente (extresores externos o internos), y los recursos disponibles del sujeto.



Todo sujeto hace constantes esfuerzos cognitivos y conductuales para manejar adecuadamente las situaciones que se le presentan, por eso no todo el estrés tiene consecuencias negativas; en todo caso, éstas se producen cuando la situación desborda la capacidad de control del sujeto. Este resultado se denomina distrés, a diferencia del estrés positivo o eutrés, que puede ser un buen dinamizador de la actividad laboral.



Volviendo a la temática del "burnout", a partir de la aproximación realizada por Maslach y Jackson; se han desarrollado colaboraciones, en las que se destaca el carácter episódico de un fenómeno descrito a través de fases, aun cuando dichas aportaciones discrepan tanto en la relevancia de unos aspectos sobre otros como en la secuencialidad de la experiencia del "Burnout".



Para Cherniss, el "burnout" puede ser entendido como una forma de afrontar el éstos, destacando tal vez como aspecto más sugestivo de su teoría, la combinación entre características del entorno laboral y variables personales del trabajador (expectativas, actitudes, etc.), cuya interacción puede generar una sobrecarga capaz de desarrollar respuestas constitutivas de "burnout" como una forma de adaptación defensiva.



A partir de la propuesta anteriormente mencionada, las características personales de quienes desarrollan profesiones orientadas hacia la ayuda a los demás, pueden explicar en buena medida su mayor predisposición a terminar "quemados",  habida cuenta de su carácter vocacional unido a una actitud demasiado exigente respecto a la realización de la propia tarea en la cual puede darse una excesiva implicación emocional.



El "Burnout", sin embargo, no es patrimonio exclusivo de educadores, trabajadores sociales o profesionales de la salud, sino que por el contrario puede ser descrito en todas aquellas "personas que trabajan con personas".



Algunas profesiones por sus características y el contexto en que se ejercen, tienen más riesgo de ser estresantes. La enseñanza es una de ellas, lo cual ha dado lugar a numerosos estudios sobre los factores implicados y las vías de intervención, que han identificado las fuentes del estrés más relevantes de los profesores:

(1)   Actitudes negativas por parte de los alumnos.

(2)   Problemas de disciplina en el aula.

(3)   Malas condiciones de trabajo (número excesivo de alumnos en las aulas y falta de equipo adecuado).

(4)   Presiones temporales y sobrecarga de trabajo.

(5)   Conflictos entre los profesores.

(6)   Cambios rápidos en las demandas de currículo y organización.



Cuando la multitud de estresores encontrados en la situación de enseñanza continua sin esperanza de solución, el patrón de reacciones descritas como "Burnout", daña seriamente la habilidad del profesor para ejecutar su trabajo. Los sentimientos del docente se vuelven negativos, se desarrolla una actitud de cinismo, se pierde la implicación con los alumnos, aumentan las enfermedades físicas y mentales y el absentismo y, en ocasiones el consumo de drogas y el alcohol.



A todo lo anteriormente señalado, se pueden agregar trastornos depresivos, ansiedad, irritabilidad, descenso en la autoestima, sentimientos de indefensión, obesidad, consumo de tabaco, insomnio (consecuencias psicológicas) e hipertensión, úlceras, asma, trastornos coronarios (consecuencias psicofisiológicas).



Queda claro entonces que una de las actividades de mayor compromiso profesional en lo que se refiere a apoyar y ayudar a las personas es la docencia. Sobre el punto, la docencia experimenta presiones constantes de la sociedad para intentar corregir problemas sociales de toda índole, por ejemplo, las drogas, el alcohol, el abuso sexual, entre otros. Inclusive, algunos profesionales abandonan la docencia, "quemados" o "hastiados" por la labor diaria para incorporarse en otras actividades laborales.



En virtud a todo lo señalado, creemos que es de suma urgencia estudiar dicha problemática en los docentes universitarios de nuestro país, toda vez que en su ejercicio profesional los profesores están orientados permanentemente al trato directo con las personas, desarrollando un alto grado de compromiso emocional, que puede en un momento determinado provocar el denominado estrés laboral.





Extraído de
El Síndrome Del "Quemado" por Estrés Laboral Asistencial en Grupos de Docentes Universitarios
Carlos Ramón Ponce Díaz; Mario Santiago Bulnes Bedón; Jaime Ramiro Aliaga Tovar;
María Clotilde Atalaya Pisco; Rosa Elena Huertas Rosales
REVISTA DE INVESTIGACIÓN  EN PSICOLOGÍA - VOL. 8,  N.º  2

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